Al evaluar la fluidez de un vino, observamos si es más o menos denso. Y la densidad está directamente ligada a la gradación alcohólica. Esto es porque la densidad de un vino viene marcada por el glicerol (que está ligado al etanol durante la fermentación). A más grado alcohólico, más glicerol y más densidad en el vino. Por lo tanto, a mayor grado de alcohol, mayor densidad.
¿Cómo observamos la densidad de un vino?

Tomamos la copa por el pie y la agitamos en círculos. Así podemos observar cómo desciende por las paredes, es decir, podemos observar las lágrimas. Si vemos que la adherencia del líquido a las paredes es fina y desciende rápido, estamos ante un vino fluido de menor gradación alcohólica, y al contrario, si las lágrimas son gruesas y descienden con lentitud, estamos ante un vino denso de mayor gradación alcohólica.
El vocabulario de la cata sobre fluidez
Además de fluido o denso, tenemos un abanico de adjetivos que describen los matices de la fluidez: suelto, consistente, espeso, viscoso, etc. (ver aquí vocabulario de la cata de vinos).