Así como la zona de producción de la DO Alella se circunscribe a 18 municipios, la ruta del vino de Alella, promocionada por el Consorcio de Enoturismo de la D.O. Alella, propone un recorrido por las comarcas del Maresme, el Vallès y el Barcelonés Norte, con espacios de mar y montaña que limitan con la ciudad de Barcelona.

A 20 minutos en tren desde el centro de Barcelona, el territorio vitivinícola aúna el turismo de costa familiar y el turismo de montaña con inigualables vistas a través de la Serralada de Marina, que une la comarcas del Vallès del Maresme.
Precisamente, la Serralada de Marina constituye al Parque de la Serralada Litoral, formado por tres unidades (la Conreria, Sant Mateu y Céllecs), donde conviven viñedos y masias con sus cultivos con pinares y encinos típicos de la zona, además de las huellas de la presencia humana a través de dólmens, restos íberos, ermitas y castillos. Entre todo ello cabe destacar el monasterio de San Jerónimo de la Mutra, fundado en 1416, donde se alojaron los reyes Católicos y parece que recibieron a Cristóbal Colón
Vestigios romanos en la ruta del vino de la DO Alella
Además, numerosos restos romanos salpican la zona, algunos vinculados al vino, como el Celler romano de Teià, donde se puede aprender como se hacía el vino en aquella época, y otros que nos trasladan a la antigua civilización romana, como el Museo de Badalona o el Museo Romano de Premià de Mar.
Además, en la zona costera también quedan torres de vigía de la época en que los piratas arribaban por el mar, como la Torre de Guaita de Montgat, además de muestras de arquitectura modernista como las que se pueden hallar en Mataró.